miércoles, 2 de marzo de 2011
Petra
Petra, qué maravilla! Alucinante de día, impresionante de noche.
Recuerdo hace años, por cierto bastantes, un verano en el que yo pasé las vacaciones de verano en Londres. La familia con la que yo estaba decidió llevarme al cine y ¿qué película era? Indiana Jones y la última cruzada. No entendí mucho, por no decir casi nada, pero me quedé prendada de aquel templo maravilloso en el que un Harrison Ford se jugaba la vida por encontrar el cáliz sagrado. Yo era pequeña y pensé que todo era un decorado, pero cuando ya fuí algo más mayor y descubrí que aquello que me había dejado impresionada realmente existía me dije: tengo que ir.